El maltrato entre escolares, conocido como Bullying internacionalmente, es quizás el fenómeno más preocupante de los que existen en los centros educativos ya que afecta a todos los implicados, no sólo a las víctimas.
El estudio sobre el acoso escolar no ha pasado desapercibido para algunos investigadores y estudiosos, los primeros estudios realizados sobre el maltrato entre iguales fueron en los Países Escandinavos. A finales de los sesenta, el suicidio de tres adolescentes que razonaron su decisión haciendo pública la ansiedad que les provocaba sentirse perseguidos e intimidados por algunos de sus compañeros, conmovió a la sociedad sueca y muy pronto las autoridades educativas encargaron estudios exploratorios sobre el nivel de presencia de estos problemas en las escuelas, así comenzaron a estudiar este problema.
El primer trabajo sistemático sobre las conductas bullying fue realizado por Dan Olweus, profesor de la universidad de Bergen. Se trata de un estudio longitudinal que comenzó en 1970, y aún hoy sigue desarrollándose. El trabajo de Olweus, requiere especial atención ya que ningún otro es comparable en tamaño y complejidad. En 1978, publica un libro que va a iniciar el interés social sobre el tema.
Sus investigaciones llevaron al Ministerio de Educación Noruego a desarrollar una campaña de estudio y prevención de este problema en 1983. Parte de sus conclusiones han sido corroboradas y ampliadas por él, y por otros autores en el mismo campo, como Lagerspetz K. M. (1982), Roland A. (1987), Ekblad S. (1989), Lindström (1993, 1997), Olweus (1983, 1994), Farrington (1993), Smith y Lindström (1996, 1997).
En cuanto a la definición de bullying, Dan Olweus, uno de los primeros investigadores que estudió el tema, define el bullying como una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un alumno contra otro, al que escoge como víctima de repetidos ataques. La repetición de estos ataques provoca en la víctima efectos negativos: ansiedad, baja autoestima, y cuadros depresivos.
Debemos aclarar que no se trata de una serie de conductas organizadas o espontáneas donde se busca el mal mútuo, ni actos de vandalismo que se pueden manifestar abiertamente en el entorno escolar. No es un conflicto entre dos partes con diferentes intereses, se trata de un proceso de victimización.
Es un tipo de violencia, que se construye lentamente en el día a día de las relaciones entre las personas. Resulta difícil de identificar ya que al principio puede ser poco evidente y suele mantenerse oculta a los adultos, pero sí que se conoce por el alumnado.
Supone una vulneración de los derechos básicos del alumno: derecho a no estar sometido a la humillación intencionada y repetida y a sentir seguridad y protección en la escuela.
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